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Esfuerzo y entusiasmo para un futuro deseado
Estudié en el colegio de Nuestra Señora del Pilar, un centro en el que el nivel y la exigencia académica es alta, o al menos lo fue para mí. Obtuve en este centro el graduado escolar, pese a pasar todos los veranos estudiando para recuperar asignaturas en septiembre y no quedarme más atrás (en Primaria repetí un curso y ya iba desfasado en edad respecto a mis compañeros).
Seguí estudiando, porque era lo que me decían como "lo correcto" y entré en Bachiller. Fue desastroso, me fue muy mal académicamente y socialmente, porque me amargó, ya que era muy mal estudiante, no estaba por la labor e iba muy desfasado en comparación a mis compañeros. Ese verano tuve que estudiar porque me habían "quedado" cuatro asignaturas troncales, no conseguí aprobarlas todas, por lo cual, o me tocaba repetir el año de 1º de Bachiller o irme del Centro.
Elegí irme del Centro y ver qué haría con mi vida. Tenía claro que lo que no quería ser era un "NiNi" y como estudiar no era lo mío, decidí aprender un oficio. Busqué Grados Medios, ya que al no tener un Bachiller acabado, los Grados Superiores quedaban lejos de mis posibilidades. Quería estudiar algo en lo que memorizar no fuera lo prioritario, que fuera más práctico. Bajo recomendación de mi padre y viendo las opciones que habían en el mercado, ya que en mi centro anterior tuve casi nula información sobre los FP, decidí matricularme en el Grado Medio en Equipos e Instalaciones Electrotécnicas, en el centro Escuelas Profesionales Luís Amigó.
El cambio fue brutal, pasé de un centro en el que la exigencia era muy alta y los estándares de cumplimiento eran bastante estrictos, a un centro en donde aún recuerdo que en la primera semana tenía el pensamiento de que "explicaban para tontos". Eso se debía a que el entorno social de mis compañeros era muy diferente al centro concertado en donde pasé mi infancia, también a que se premiaba más la labor práctica que la conceptual. Para mí, esa etapa de dos años realizando este Grado, me sirvió para tener otra perspectiva del mundo. Realicé las prácticas de empresa en una construcción de un edifico en Castellón y seguí trabajando para ellos todo un verano. Acabé el Grado, obteniendo una de las mejores calificaciones de mi clase, sin haber hecho un gran esfuerzo y quedándome con un buen sabor de boca, ya que parecía que se me daba bien.
Debido a que el mercado laboral, para el currículum que tenía, era muy limitado, decidí realizar la Prueba de Acceso al Grado Superior. Fueron dos exámenes, un poco más complicados de lo que había realizado durante el Grado sobre asignaturas generales del bachiller. Los aprobé sin problema y decidí matricularme en el mismo centro al Ciclo de Grado Superior en Instalaciones Electrotécnicas. Este Ciclo era algo más exigente que el anterior y lo realizaba con gente que venía como yo, del Grado Medio, y gente que venía directa del Bachiller. Me dieron herramientas para mejorar como instalador eléctrico, sustituí el "pasar cable" por un ordenador donde el realizar cálculos y planos estaba a la orden del día. En este Grado, el concepto de "fecha de entrega" empezó a tener sentido para mí así como el uso de ordenador, el calcular secciones, protecciones y consumos sobre un ordenador, ver que diseñaba elementos y instalaciones por mí mismo.
Antes de acabar el Grado Superior, ya sabía que quería seguir aprendiendo. Por primera vez en mucho tiempo, quería mejorar mis conocimientos y mi experiencia por una materia, un concepto, la ingeniería. Para ello, hablé con un profesor del Centro, para ver si era posible que me diera clases para la prueba específica de la selectividad. Durante 6 meses, me las estuve preparando, tuve algún problema al principio, ya que había perdido la dinámica de estudiar todo un temario anual para un único examen. Pero al final, tuve una de las mejores calificaciones del centro para el acceso a la universidad, además de ser el mejor de mi clase.
Me matriculé en el Grado Universitario de Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Valencia. En general la carrera, para mí, resultó bastante complicada, ya que venía de FP y no tenía la dinámica de estudio que el resto de mis compañeros que venían del Bachiller, ni los conocimientos básicos que te inculcan allí, como las matemáticas, la física o la química. Busqué soluciones como academias, en donde me enseñaran las bases de esos temarios, pero en general, la solución que encontré fue encerrarme en la biblioteca. Yo, alguien al que nunca le había gustado estudiar, que no acabó el bachiller porque no sabía estudiar ni ganas tenía para ello. La única diferencia que había era que en la carrera y en los grados, estudiaba un tema, una materia que me gustaba y al aplicarme sobre ellos, obtenía resultados, en donde me motiva para seguir por el camino de estudio.
Realmente a lo largo de la carrera pasé muchas horas en la biblioteca, en donde no todas las horas eran aprovechadas al 100%, ya que no sabía estudiar, pero a base a echarle horas, puedo decir, que este año acabo la carrera, que la he sacado a curso por año y con buenas notas. No seré ni mucho menos el mejor de mi promoción, pero me siento orgulloso, porque es mía y la he sacado con mis ganas y mi esfuerzo.