Encontrar trabajo
El valor de la formación para encontrar un puesto de trabajo
La capacidad de encontrar trabajo y desarrollar una estabilidad económica y laboral apoyándose en la formación adquirida, son las principales preocupaciones del empleado.
Basándonos en los resultados obtenidos por el Informe de Retos de Formación Profesional realizado por Fundación ATRESMEDIA en colaboración con el IESE, el 42% de las ofertas para encontrar trabajo publicadas en 2018, se dirigían a personas con titulación de FP, mientras que un 38% exigían entre sus requisitos de formación estar en posesión de un título universitario. Por primera vez en 20 años, las posibilidades de encontrar trabajo para graduados de FP supera a la de graduados universitarios. Entre las razones de este cambio están, sin duda, los esfuerzos dirigidos a modernizar y flexibilizar la FP, acercar sus contenidos a las necesidades del mercado laboral y ofrecer una nueva imagen de la misma.
Conseguir encontrar trabajo y mantener un empleo desarrollando una trayectoria profesional estable y, en la medida de lo posible, acorde con los intereses y capacidades de cada uno, es una de las mayores aspiraciones en la sociedad española. El empleo, y más aún el desarrollo de una profesión, es la principal forma de subsistencia económica para la población, además de ser un mecanismo de inclusión social, desarrollo de relaciones interpersonales, motor de desarrollo personal y fuente de satisfacciones.
Encontrar trabajo
La empleabilidad es la capacidad de una persona para encontrar trabajo y desarrollar una estabilidad laboral que le permita desarrollar la trayectoria profesional que esté acorde a sus intereses, capacidades y necesidades a lo largo de su vida. Es decir, es la capacidad de ser y mantenerse competente y activo en el mercado laboral.
Este concepto tiene dos aspectos estrechamente relacionados a tener en cuenta. En primer lugar, el corto plazo, la capacidad de encontrar trabajo. Punto en el que influyen los conocimientos adquiridos, las capacidades desarrolladas y las técnicas aprendidas a la hora de afrontar un proceso de selección. En segundo lugar, el largo plazo, la capacidad de mantener de forma continua un valor propio en el puesto de trabajo. Cada trabajador es responsable de mantener su empleabilidad apoyándose en la formación que ha adquirido a lo largo del tiempo, siempre y cuando actualice los conocimientos a medida que va creciendo como persona.